¿Te cuesta criar a un niño quisquilloso con la comida? Este blog invitado de Lindsey Overstreet, LCSW, Gerente de Salud Conductual en Mosaic ofrece algunos consejos para fomentar hábitos alimenticios saludables en los niños. ¡Feliz Mes Nacional de la Nutrición!
Ser quisquilloso con la comida es uno de los mayores retos de la paternidad. Sabemos lo importante que es que nuestros hijos coman alimentos nutritivos, pero cuando tu hijo se niega a comer cualquier cosa que no sea de color beige o que no salga de un envoltorio, a menudo sentimos que no tenemos más remedio que "ceder" para que nuestro hijo no pase hambre.
Que a tu hijo le gusten y le disgusten muchas cosas no significa que sea un melindroso, es parte del ser humano. Sin embargo, el problema se agrava cuando el niño solo come alimentos de una categoría (por ejemplo, hidratos de carbono) o se limita a 20-30 alimentos.
Hay muchos factores que contribuyen a que un niño sea quisquilloso con la comida, la mayoría de los cuales no tienen nada que ver con la comida.
- Enfermedades recientes: la congestión nasal, el dolor de garganta y las aftas pueden hacer que los alimentos tengan un sabor diferente y que los niños los rechacen durante mucho tiempo después de recuperarse.
- Asiento: no tener un apoyo adecuado para los pies y la espalda mientras se come puede dificultar y cansar la tarea de masticar, por lo que muchos niños empiezan a preferir alimentos más blandos.
- Social: los seres humanos somos criaturas sociales y comer juntos crea una sensación de conexión y seguridad.
- Elección: el picoteo suele aparecer a finales de la infancia y principios de la primaria, cuando los niños saben muy bien lo que quieren, pero tienen muy poco control sobre lo que hacen durante el día.
Las mejores formas de prevenir o corregir el picoteo:
- Sirve raciones (¡mucho!) más pequeñas. Cuando los niños ven un montón de comida en el plato, sobre todo si es algo nuevo o que no prefieren, se agobian y la rechazan. Si devoran esas dos zanahorias pequeñas, ¡siempre pueden comer más!
- Evita los mismos alimentos una y otra vez. Es tentador seguir sirviendo a nuestros hijos los alimentos que sabemos que comerán para evitar batallas a la hora de comer. Por desgracia, esto puede hacer que los niños se cansen y que la lista de alimentos preferidos se reduzca. Intenta no servirles exactamente lo mismo más de dos días seguidos.
- Siga exponiéndoles a nuevos alimentos, ya que a menudo hacen falta entre 7 y 10 veces de prueba para que un niño determine si le gusta. Siguiendo con la recomendación anterior de raciones pequeñas, pon unos trocitos de brécol en su plato cada vez que lo prepares y deja que experimente.
- Ajusta el asiento. Átale una correa a las patas de la silla para que apoye los pies o ponle un cojín detrás de la espalda si necesita un empujón para llegar a la mesa.
- Come con tu hijo siempre que puedas y evita las pantallas durante las comidas.
Los proveedores de salud conductual pediátrica y nutricionistas en Mosaic Community Health están aquí para ayudar si su hijo está mostrando signos de comer mal. Llame al 541-383-3005 para concertar una cita hoy mismo.
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